Capitulo 3

— ¿Por qué hiciste eso?— pregunto escandalizada —Con razón no te he visto la blusa que con tanto amor te regale en tu cumpleaños—

— Pues lo hice porque soy humilde y esas cosas son solo cosas materiales—

— ¿Pero entonces de donde sacas esa ropa que traes?—

— Las chicas me dan su ropa que no usan y debo admitir que tienen buen gusto, mejor del que tú tienes— me cruzo de brazos.

Al ver que mi madre no dice absolutamente nada decido decirle algo con toda la intención de herirla.

— Siempre fui ese inesperado milagro que no querías ¿verdad madre?- al ver su mirada llena de lagrimas yo sonrió —Ya sal de mi habitación y cierra la puerta cuando salgas— me vuelvo a poner los audífonos pero como aun no le había puesto play a la música escuche como claramente dijo.

— No puedo creer lo malcriada que te dejo Roció— Roció es la madre de Ansel y también mía porque ella fue quien me crio, me levanto y la empujo.

— Con la madre que de verdad me crio y me ama no te metas, ella estuvo siempre para mí en cambio tú te paseabas con tu hijo favorito en carros de lujo y a mí me mirabas con asco cada vez que me veías, ohh si no me he olvidado de nada— ella me mira impresionada.

— ¿Cuándo vas a comprender que no fue mi intención?—

— Sabes también la abuela antes de morir me dijo que me odiaste desde el momento en que me viste, que te alegraste cuando me separaron de tu lado, que los años que no estuve contigo a tu lado fueron los más felices para ti y todo eso solo por tu estúpido temor a que papá me prefiriera a mi por encima de ti, por temor a que la niña de papá te arrebatara su amor y su atención, por temor a verte bajo la sombra de tu propia hija— en realidad esto último no lo había dicho mi abuela, yo solita llegue a esa conclusión, suspiro – Pero por mi puedes quedarte con tu estúpido Alfa y con mi hermano, yo nunca necesite de ustedes y nunca lo haré, el día de mi boda será el más feliz pero no porque este enamorada del pretendiente que ustedes eligieron para mi y aun no conozco, va a ser feliz porque voy a dejar de vivir en su estúpida manada—

Abrí la puerta indicándole a mi madre que podía largarse, vaya que hoy estaba explosiva, debo decir que me calle esas cosas por mucho tiempo y que se siente genial decirles lo que siento a la cara, cuando mi madre sale cierro de un portazo, a los minutos entra mi hermano Lorcán.

— Wow manita hoy estas con todo, tanto es así que mamá y papá han decidido que vas a comprometerte y te vas a casar en poco tiempo— me encogí de hombros.

— Como le dije a mamá entre mas lejos de ellos mucho mejor, ahora lárgate— señale la puerta, volví a ver videos de baile, bueno estaba viendo coreografías, bailar siempre se me ha dado muy bien, Roció me enseño a bailar y le agarre el gusto, veo coreografías para después ponerlas en práctica hasta que me las aprendo.

— Manita ¿Por qué me odias?— ruedo los ojos le pongo pausa al video y lo miro.

— No te odio— veo la esperanza en sus ojos y entonces decido terminar la frase —El odio significaría que siento algo por ti pero realmente no, no siento nada hacia ti, antes me molestaba que a ti te vieran como el hijito perfecto mientras que yo era la defectuosa—

— Yo no soy tu enemigo manita, ni mucho menos un desconocido, yo muchas veces les dije a nuestros padres que te trajeran con nosotros incluso cuando eras una bebé pero lo tenían prohibido, la condición que pusieron los vampiros para hacer el tratado es que renunciaran a la recién nacida hasta su transformación, mamá te trataba así de pequeña porque nadie podía ver que la pareja Alfa te demostrará cariño, ¿te digo porque eso fue una condición?— asentí atenta a todo —Porque los vampiros temían que tú fueras la loba de la leyenda que encontraría a su mate después de tanto tiempo—

— ¿Eso porque les daría miedo?— no tiene sentido lo que dice.

— Porque la leyenda completa dice que los demonios querrán acabar con el mundo sobrenatural cuando la loba encuentre a su mate y que los primeros en morir serán los vampiros pero había una forma de evitarlo, que la loba no creyera en el amor porque su familia la rechazaría desde su nacimiento y entonces ella rechazaría a su mate evitando el despertar de los demonios—

Lo pensé con mucho cuidado pero ¿Qué razón tendría él para mentirme? Ninguna a menos de que mis padres le hayan ordenado que me dijera eso para que ya dejara de ser como soy y les dejara acercarse.

— ¿Cómo se que esto no es una de tus mentiras?— él me tendió su mano pero no la tome.

— Hay que ir a la biblioteca— asentí, me levante con mucha pereza, salimos de mi habitación, la biblioteca esta en el tercer piso de la mansión nunca he entrado por que ahí no llega el internet y me aburriría pues ninguno de los libros que hay ahí logra llamar mi atención.

Al llegar a la biblioteca Lorcán camina hacia los estantes y yo me dejo caer en un sillón, después de unos minutos Lorcán se sienta frente a mí, tiene un libro polvoriento en sus manos con lo limpia con la manga de su camisa y después de limpiarlo me lo entrega.

— Esta es la leyenda original los brujos la escribieron en este libro, de este libro se sacaron copias para que cada manada, clan y grupo de brujos tuviera una copia— abro el libro, comienzo a ver las letras pero está escrito en un idioma desconocido para mí.

— No tendrás de pura casualidad la traducción no entiendo ni una m****a de lo que dice aquí— miro a Lorcán que solo sonríe.

— No todo el mundo puede saber de la profecía, los brujos lo hechizaron para que cualquiera que no tuviera sangre de Alfa o líder no pudiera leerlo y quien lo intente descifrar se volverá loco, tienes que dejar caer una gota de sangre en el título, tienes sangre de Alfa— con mis garras corte un poco la palma de mi mano, deje caer una gota en el título tal como me había dicho Lorcán.

En cuanto mi sangre toco el papel este desprendió cierto brillo azulado tuve que cerrar los ojos para no quedarme ciega, cuando abrí los ojos el libro ya no tenía ese resplandor, mire a Lorcán tapándose los ojos pero unos segundos después me miro confundido.

— ¿Por qué me miras así?— le pregunte.

— ¿Qué fue ese resplandor azul?—

— Y yo que voy a saber— gruñí, él se levanto y después salió de la biblioteca, no le tome importancia, comencé a leer.

Unas horas más tarde quite mi vista del libro porque mi estomago gruñía pidiendo comida, me lévate llevándome el libro, Lorcán no me había mentido realmente la profecía era cierta.

Habla de una loba con el pelaje platinado y ojos rojos como la sangre su pareja será un lobo blanco con ojos celestes ellos serán mates, cuando se reclamen las puertas del infierno se abrirán para darle paso a una guerra del mundo sobrenatural contra los demonios, los demonios querrán acabar primero con los vampiros pues los consideran la raza sobrenatural más fuerte y los únicos que podrán derrotar a los reyes demonios serán los lobos mates.

Ese es el resumen de la profecía pues los mates pasaran por muchas complicaciones antes de conocerse y todo concluye con que ellos matan a los reyes demonios no especifica que rango tendrán los mates pero todos creen que nacerá aquí en Killer Moon ya que es la manada más poderosa del mundo, tal vez mi hermano sea el padre de uno de los mates.

Llegue a la cocina mi padre estaba ahí ahora que sabia la verdad no sé cómo tratarlo, deje el libro en la mesa de la cocina, me acerque al refrigerador para ver que habían dejado las cocineras, había carne en salsa roja con arroz, tome las cazuelas para ponerlas en la estufa.

— Lorcán te ha contado la verdad— encendí la estufa y puse a calentar la carne en salsa, me serví un poco de arroz en un plato para calentarlo en el microondas.

— Sí, al principio no le creí pero luego de leer el libro vi que era verdad— mi padre tomo el libro en sus manos.

— Nosotros también pensábamos que eras la loba de la profecía pero cuando tu transformación llego y vimos que tu pelaje es negro al igual que el de nosotros nuestros miedos se fueron— sin pensarlo solté una risa amarga.

— Miedo, el Alfa y la Luna de Killer Moon tenían miedo a que la guerra con los chupa sangre siguiera—suspire – El miedo no justifica como me trataron de pequeña—

— Lo sé y no sabes cómo tú madre y yo nos arrepentimos—

— No importa cuánto se arrepientan no pueden cambiar el pasado, pero podemos empezar a cambiar nuestro presente— me gire a verlo, él me miro sorprendido tarto de acercarse para abrazarme pero no se lo permití –Vamos poco a poco y un abrazo es demasiado— retrocedió.

— Esta bien, he tomado la decisión de nombrar a Lorcán Alfa de la manada, en una semana será su nombramiento, tu pretendiente vendrá a traerte un obsequio no quiero que seas grosera—

— Eso dependerá de él, no me agradan los Alfas egocéntricos, arrogantes y mujeriegos— mi padre sonrió y yo también.

— Tranquila él no es así— asentí.

—¿Quieres comer conmigo?— mi padre asintió.

— El trabajo de un Alfa es pesado y no había salido de la oficina hasta hace un rato y me quede pensando en muchas cosas— apague el fuego de la estufa.

— Por eso siempre me alegra ser la menor y no tener que cargar con el puesto de Alfa, las responsabilidades y yo no somos compatibles— ambos nos reímos.

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