Capitulo 2

Cuando llegue al lago, me senté a la orilla la casa del árbol estaba unos metros atrás, Ansel y yo la construimos con ayuda de su padre, pase muy buenos días construyendo esta casa del árbol, comíamos a las orillas del lago y la abuela nos contaba miles de diferentes historias.

Recordar esos días hace que mis ojos se llenen de lágrimas, suspiro, ¿por qué los buenos días pasan como un momento fugas mientras que los malos días pasan lentamente? Tal vez solo sintamos que los malos días se alargan por que nos pasamos pensando en lo malo, mientras que los buenos días los vivimos y no nos preocupamos por que se vaya a acabar solo vivimos el momento.

Después de estar un rato mas sentada y pérdida en mis pensamientos decido que es hora de que me vaya a la casa del árbol, me levanto sacudiéndome la tierra del pantalón, camino tranquilamente a la casa del árbol la hicimos lo suficientemente grande para que fuera nuestro refugio por siempre.

Lo único es que ahora es más una vía de escape, subo las escaleras, siento que me jalan el pie cuando estoy a punto de llegar pero no es un jalón con intención de tirarme solo para que mire a Ansel.

— ¿Unas carreritas a la puerta?—niego ya que yo llevaría la ventaja al estar a unos metros de la entrada de la casa –Bien como quieras— se encoje de hombros, llego a la entrada y lo ayudo.

— ¿Cuál esa importante noticia que me tienes?— abro la puerta y voy a sentarme al puf gris.

— Emmm bien, prepárate pequeña que te vas a ir de espaldas— ruedo los ojos por que siempre le da muchas vueltas a los asuntos de mayor importancia aun que no lo hace apropósito solo que se pone nervioso —Hoy voy a conocer a mi prometida, es de otra manada pero nuestros padres acordaron nuestro matrimonio desde que nacimos—

—Wow eso sí que es una importante noticia, ¿estás nervioso?— de verdad estoy muy feliz por él, siempre le ha gustado la idea de casarse aun que sea con una completa desconocida.

— ¿Bromeas? Estoy lo que le sigue de nervioso, las manos no dejan de sudarme, mi cuerpo lo recorren miles de escalofríos, siento que por momentos me va a dar un paro cardiaco— me reí de su exageración, él me miro con ojos de cachorro para que dejara de reírme.

— No tienes por qué estarlo apuesto a que todo saldrá perfectamente bien, no conozco a nadie que no le guste tu forma de ser, eres el más querido en la manada después de Lorcán—

— Lo sé pero, ¿y si no cumplo sus expectativas?— suspiro.

— No tienes por qué cumplir las expectativas de nadie, solo debes ser tu, si no les gustas pues aun se puede romper el compromiso, tus padres sabrán elegir a una buena chica— él asintió.

— Hay otra cosa— lo mire atenta –Ya te han encontrado un pretendiente— sentí que palidecía.

— ¡¿Qué?!— grite furiosa, él retrocedió — ¡Aun no estoy en edad de contraer matrimonio!—

— Pues al parecer el consejo de la manada se reunió hace poco para decir que las lobas Alfa que tengan 18 años ya deben tener al menos un candidato y empezar su entrenamiento para ser una buena esposa— rugí.

— Esos ancianos no van a decidir sobre mi vida ahorita mismo me van a escuchar— me levante dispuesta a ir a la sala del consejo y gritarles unas cuantas cosas a ese grupo de vejestorios amargados.

— Yo no te lo recomendaría, les darás más motivos para querer controlarte y no solo a ti, a todos los lobos y lobas jóvenes que viven los días al máximo como tú dices— enterré mis uñas en las palmas de la mano para tratar de calmarme.

— ¿Entonces?—

— El matrimonio no es tan malo, además eres una Alfa sangre pura, tu esposo será sumiso a tus deseos—

— No se trata de eso, yo no quiero usar mi rango para que alguien cumpla mis deseos, yo quiero enamorarme, quiero viajar, quiero vivir muchas más experiencias fuera de la manada—

—Tienes que entender que los cuentos que nos contaba tu abuela son solo eso cuentos, la Diosa Luna hace mucho nos abandono, nos dio la espalda, se rindió, se canso de que muchos lobos y lobas sufrían al ser rechazados por razones estúpidas, ahí tienes la historia de Kendra y Caleb, Caleb no tuvo un final feliz— me cruce de brazos, sabía que tenía razón.

— Aun así no deberían decidir ellos cuando ya estamos en edad de tener a nuestro primer pretendiente—

Después de estar un rato más en la casa del árbol cada quien se fue a su casa, al llegar a la mansión escuche la voz de una chica supuse que sería una de las rogonas que quieren ser Lunas de la manada y como quería presenciar el drama fui a la sala ya que de ahí venia la voz.

Al llegar vi que mi hermano estaba de rodillas ante una chica pelinegra, alta y por su olor se que es una Alfa sangre pura como nosotros pero no tan fuerte.

— Acepto— dijo y yo no comprendí absolutamente nada, Lorcán se levanto y le puso un anillo en el dedo anular.

— Puedes salir de ahí manita— odiaba que me llamara así, camine hasta entrar más en la sala, la chica me miro con una autentica sonrisa amistosa, le respondí con una sonrisa igual.

— Hija ella es Fernanda Gutiérrez, hija menor del Alfa Moon Light es la prometida de tu hermano— mi madre la presento, vaya este día está lleno de sorpresas.

— Un placer conocerte Fernanda yo soy Citlali Hyde— le tendí la mano por ser amable y ella la acepto gustosa.

— El placer es mío Citlali— nos soltamos la mano.

— Bueno si me disculpan tengo cosas que hacer— antes de que pudiera salir de ahí mi papá me llamo.

— Citlali ve a mi despacho— suspire y me dirigí al despacho de mi padre tal y como él me había dicho, me senté en una de las sillas, inspeccione el despacho muy pocas veces he estado aquí, mi papá entro y cerró la puerta.

— Muy bien aquí me tienes, habla rápido que estoy ocupada— si, no le tengo ningún respeto a mi padre y menos por lo que hizo en el desayuno.

— Citlali ya estás en edad de que busquemos un pretendiente para ti, tu madre sugirió a alguien, ambos lo conocemos y sabemos que con él no te faltara absolutamente nada— antes de que siguiera lo interrumpí.

— Si ya se, solo dime el nombre del maldito Alfa con el que voy a tener que prometerme en contra de mi voluntad, sé que esto es obra del consejo porque yo aun tenía un año de libertad antes de prometerme con alguien pero ellos decidieron arrebatármelo—

— Hija el consejo no tomo la decisión ellos me aconsejaron que era lo mejor para quitarte esa vida de libertinaje a la que estas tan acostumbrada—

— No te confundas padre, al contrario de mi hermano yo sigo siendo virgen, lo mío no es irme metiendo con uno y con otro eso se lo dejo a mi hermano, él lo hace con las zorras de la manada, yo solo salgo a vivir la vida, a vivir experiencias pero no necesariamente sexuales—

—¡Deja de hablar así de tu hermano!—sonreí.

— La verdad duele padre, Fernanda se dará cuenta de que mi hermano no es ningún virgen, mientras tú te preocupabas por poner barrotes a mis ventanas y vigilarme a mí, mi hermano se escabullía a ver a todas las zorras de la manada— me levante dispuesta a salir del despacho y lo hice, ya me había cansado de guardarle sus sucios secretos a mi hermano.

Ansel siempre me dijo que me guardara esa información y solo lo hice por él, pero me canse, me canse de ser la única hija mala, subí a mi habitación escuchando el alboroto que estaba montando papá en su despacho, en unos segundos entrara mamá y después de que él le contara la valiosa información que le he brindado, ella subirá conmigo para "hablar"

Al llegar a mi habitación me tire en mi cama, tome mis audífonos y los conecte a mi celular, puse mi música a todo volumen, me puse a pensar sobre lo de mi candidato, ¿Cómo sería?

Seguramente un maldito Alfa con un temperamento de m****a que tendría que soportar.

Sentí como mi madre delicadamente me quitaba un audífono, la mire y ella me miraba con los ojos llorosos, la mire desafiante esperando a que hablara.

— ¿Es cierto lo que le dijiste a tu padre?— asentí, no me gusta mentir más que cuando es muy necesario y esta vez no era una mentira –No sé que querías lograr con eso pero ahora tu hermano está siendo reprendido por tu padre—

— La verdad no esperaba lograr nada madre, solo que papá abriera los ojos y que viera que no soy la única mala hija— le arrebate mi audífono.

— No creemos que seas una mala hija solo que necesitas más control sobre tu vida, lo que se dice sobre las chicas que son así como tu es horrible, deberías escuchar lo que dicen sobre Natalia—

— Me vale, realmente no me afecta y es su vida de ella y puede hacer de ella un papalote—

— Pero a mí si me importa, eres mi hija, mi cachorra, me dolió mucho el separarme de ti cuando recién habías nacido— suelto una risa falsa.

— Pues vaya que se noto que te dolió, ni siquiera cuando los vampiros firmaron el tratado viniste por mí—

— Eso fue elección del consejo, dijeron que te haría bien crecer fuera de la familia, que eso te haría más humilde—

— El consejo no puede tomar elecciones si su Alfa y su Luna no están de acuerdo, no quieras culpar a terceros de algo que solo tu elegiste, bueno tu y papá, pero tranquila si soy humilde, soy tan humilde que todas mis cosas mas costosas las done a chicas de la manada que de verdad las necesitaban— sonreí al ver su expresión.

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