50. Contrincantes
Ambas se sostenían la mirada, pero apesar de que Esmeralda tenía una ira creciente en sus ojos está se fue apasiguando llenandola de incertidumbre al tener frente a ella la mirada fría de Dayana.
— ¿¡Te gusta Alexander no es asi?! ¡Me lo quieres quitar!
Esmeralda dio un fuerte pisotón al caer en cuanta que la actitud y comportamiento de Dayana se debían a que también estaba tras de ese hombre que ella quería, pero Dayana retrocedió al notar la hostilidad de Esmeralda.
— La verdad es que no, te agradecería que me dejaras en paz, desperdiciar mi tiempo peleando con otra mujer por un hombre es algo que jamás haría.
— ¡Eso es porque tu no lo quieres como yo! ¡Yo lo amo! Y lucharía por el con quién fuera
— Eso es porque yo no estoy enferma de la cabeza, si fuera mi novio o esposo quizás lo haría incluso por un familiar, pero yo no me pondría a pelear con otra mujer por un hombre que no es nada mío, que podría estar conmigo un día así como abandonarme por otra al día siguiente, si eso pasa