"Giovana"
Ya había dejado todo organizado y cuando salí de mi cuarto, ya usando mi uniforme de la escuela y cargando mi mochila, vi a Anderson ya listo un poco más lejos de mi puerta, usando su traje planchado, todo perfumado como siempre y con el cabello todavía húmedo de la ducha. Cómo logró estar listo antes que yo ni siquiera era un misterio, yo me tardaba mucho para arreglarme.
—¡Buenos días, Anderson! —Le sonreí y él tomó la mochila de mis manos.
—¡Buenos días, fierecita! Yo te llevo esto. —Me dio esa sonrisa abierta y no pude evitar el suspiro que di.
—No necesitas ir de traje a la escuela. —Comenté y él soltó una risita baja.
—Sí necesito. No quiero ser confundido con un alumno. —Me alertó y lo miré fijamente, él nunca sería confundido con un alumno, no había ningún alumno tan guapo como él en esa escuela.
Cuando llegamos a la sala, mi papá, mi mamá, mi tía y hasta Hana y Rubens ya estaban sentados esperándome.
—¿Consejo de familia? —Pregunté y se rieron.
—Tu primer día