"Rafael"
Regresé a la sala, dejé la televisión sobre la mesa y me senté en el sillón. Estaba cansado, pero no tenía la menor perspectiva de dormir tan pronto. Me froté los ojos y miré a las dos mujeres sentadas en mi sofá.
—¿Comieron algo? —Pregunté, me había dado cuenta de que aún era temprano y negaron con la cabeza. —Voy a preparar café.
—Rafa, deja que yo hago el café, si me permites invadir tu cocina. Ustedes necesitan conversar. —Rubia se ofreció.
—La cocina es toda tuya, Rub. —Le sonreí y se dirigió hacia la cocina. Tomé el teléfono y llamé al abogado. —Buenos días, Dr. Romeu. Ya no necesito la autorización para viajar, acaban de llegar a mi casa. ¿Puede ver el asunto de la invalidación de la emancipación? —Escuché la aprobación del abogado, agradecí y colgué el teléfono.
—Trabajaste toda la noche, ¿verdad? —Raissa me miró fijamente. —Deberías estar durmiendo. ¡Maldita sea! No quise llevar este problema a mi madre, sabes que siempre hace lo que Giovana quiere y no es eso lo