"Rafael"
Parecía que estaba cada vez más preocupado y no encontraba soluciones, desde la llamada de Federico a Hana estaba más ansioso de que todo terminara pronto y pudiera vivir mi vidilla en paz con mis dos chicas, aunque sabía que Giovana nunca me daría paz, esa chica parecía ser una prueba para mi corazón.
Había despertado temprano y salido a correr, dejé a Hana durmiendo tranquilamente en casa y a Anderson pendiente de todo. Rubens no tardaría en llegar para llevarla al trabajo. Y cuando entré al apartamento ya estaban todos alrededor de la mesa del desayuno.
— ¿Ustedes y Rub no se mudaron, Rai? ¿Por qué tengo la impresión de que aún viven aquí? — bromee al entrar y ver a mis amigas con los novios por ahí y comenzaron a reír.
— Porque Hana prepara desayuno para un ejército y anda mandándole mensajes para que bajemos. — respondió Raíssa.
— Además de eso, psicogato, hoy no es un desayuno cualquiera. — Hana caminó en mi dirección y me abrazó. — ¡Buen día!
— ¡Buen día, mi loca!