"Melissa"
Aún estaba suspirando cuando Enzo entró a mi oficina media hora después de que Fernando se fuera. Mi novio parecía especialmente cariñoso y atento desde la noche anterior lo que me hizo pensar que podría estar pasando algo. Tal vez estuviera tratando de compensarme por estar escondiéndome lo que el grupito de tontos andaba haciendo, pero como le prometí a mi compañero dos días, tendría que mantener mi curiosidad bajo control.
—¡Hola, gatita! ¡Estás radiante esta mañana! —Enzo entró muy animado a mi oficina.
—Ella siempre está radiante, Enzo. —José Miguel entró detrás de él y Enzo chasqueó la lengua. Eva entró justo después.
—¿No hay trabajo allá en finanzas, Sr. Perfecto? —Enzo se quejó.
—Mucho menos ahora que tengo una asistente y gracias a Melissa. —José Miguel respondió con una sonrisa. —Le estoy mostrando la empresa y quería verte.
—Melissa, realmente ni sé cómo agradecerte. —Eva me abrazó.
—Muchacha, por acá le debemos favores a ella y cuando necesita, los cobra.