"Rafael"
Después del pastel, Giovana se fue a la cama, estaba cansada, tuvo un día agitado entre el almuerzo con la abuela y las amigas y la tarde en el centro comercial. Además, al día siguiente necesitaría despertar muy temprano, aún iríamos al registro civil antes de que abordara. Invité a Hana a la sala, prometí responder todas sus preguntas y era la hora, pero yo también tenía preguntas y ella tendría que responder.
—Puedes preguntar —llené nuestras copas de vino y me miró sorprendida.
—¿Por qué tu hija vive contigo? —fue lo primero que me preguntó. Entonces le conté toda la historia de una vez—. No pareces feliz con su viaje.
—Y no lo estoy, pero ella sí. Va a ser bueno para ella y la tía la va a cuidar bien. Solo que sé que ya no va a volver —suspiré—. Sé que va a querer ver el mundo y yo soy el papá que se queda atrás solo. Qué puedo hacer, la voy a extrañar.
—¿Por qué nunca te casaste? —esta mujer era muy curiosa.
—Porque tengo el pésimo hábito de involucrarme con las pe