"Fernando"
La verdad es que ya debería haber hablado con Catarina hace mucho tiempo, ella era la única capaz de entender y darme un punto de vista, después de todo era la única en nuestro grupo que conocía a Mel y a mí desde antes del inicio de nosotros dos. Llegamos juntos al hospital y ya me entregó uno de esos vasos grandes de café, necesitaba de verdad un café, pero cuando lo probé era en realidad un capuchino. Entrecerré los ojos hacia ella.
—Creo que te confundiste. —Le di una sonrisa a mi amiga. —Ese es el preferido de Mel, capuchino con un toque de vainilla. —Ese era el sabor que tenía mi abejita cuando la besaba por la mañana.
—¡Mira nada más, sí sabes! —Catarina sonrió mientras caminábamos hacia los elevadores. —Solo lo traje para recordártelo.
—Cat, sabes que no olvido, sé cada pequeña cosa que hace feliz a esa mujer. —Sonreí mirando el vaso y tomé otro sorbo, recordando cómo la desperté más temprano esa mañana solo para perderme en su cuerpo.
—Pues no lo parece, Fernan