"Ricardo"
Tenía el trabajo bajo control, Alencar se jubilaría en quince días y lo lamentaba por eso, trabajar con él era muy interesante, era muy experimentado. Con todo en orden, saqué un tiempito y fui a la presidencia a conversar un poco con Alessandro y Patricio.
—Ah, pero mira, Del, ¡quién decidió dar la cara! ¿Viniste a hablar con los subordinados o con los jefes? —Lisa habló tan pronto como me vio saliendo del elevador.
—¡Hola, linda! —La abracé. —Me pregunto por qué mis amigos no fueron a verme al piso de abajo.
—Porque no queremos estorbarte. ¿Cómo va en el nuevo cargo? —Habló aún abrazada a mí.
—¡Muy bien! Alencar es fenomenal. —Sonreí.
—Te extraño, amigo. —Lisa habló melosa.
—Yo también te extraño, linda. Pero, vamos a ser vecinos pronto. —Quería mudarme ya, pero también estaba inseguro sobre vivir en el mismo condominio que Leonel. No imaginé que fuera a traspasar tanto los límites, pero ahora estaba preocupado.
—Pues yo le doy gracias a Dios de que ya no trabajes a