"Irina"
Viviane estaba parada, con los brazos cruzados y una mirada desafiante hacia mí. Parecía estar muy enojada. Y frente a mí Valeria parecía tener tanta rabia como la hija.
—Pues, Irina, ¿qué vas a hacer? ¡Te las vas a arreglar! Como todo el mundo. ¡Pero aquí no te quedas! Además, tu hijita casi me mete en la cárcel. —Viviane estaba resoplando de rabia. Qué mal momento para que llegara esta chica.
—Viviane, ni sabía lo que andaba tramando Ilana. —Respondí.
—¡Ah, sabías, sí sabías! Sabías, porque el dinero que ella me pagaba venía de ti. Y te gustaba mucho todas las maldades que le armaba a la mosquita muerta de Anabel. —Viviane respondió. No serviría de nada discutir con ella.
—Valeria, ¡no puedes dejarme en la calle, necesitas ayudarme! —Apelé al buen sentido de Valeria.
—¿Sabes cuál es tu suerte, Irina? Es que siempre fuiste bonita. Al contrario de mí que siempre fui medio torpe. Pero tú no, parecías una muñeca angelical con esos cabellos rubios. Y la vida buena que te dio