"Ricardo"
Desperté con mi despertador estridente sonando en la mesita de noche al lado de la cama donde durmió Anabel. Aún usaba un despertador, era un viejo hábito que la modernidad de los smartphones no me había quitado. Estiré el brazo sobre ella y apagué esa cosita ruidosa.
—¡Los celulares tienen la función de despertador! —Comentó sin moverse a mi lado.
—Hm, tengo algunos hábitos antiguos. —Le di un beso en su rostro y frotó el cuerpo contra mí y se volteó.
—Es un juguetito bonito. —Me encaró con los ojos semi cerrados y una sonrisa deslumbrante.
—¿Hiciste como hacen las mujeres en esas películas de comedia romántica? —Me miró como si no hubiera entendido mi pregunta. —¿Despertaste más temprano y te levantaste, te peinaste, te lavaste la cara, te cepillaste los dientes y te maquillaste y después volviste a la cama?
—No. —Respondió riéndose.
—¡Entonces tenía razón, mientras más desarreglada, más hermosa te ves! —Examiné cada rasgo perfecto de su rostro, su nariz delicada y r