"Flávio"
Tomé el celular y le marqué a mi hermano, pero no esperaba lo que Raul me contó. Colgué el teléfono y vi tres pares de ojos mirándome ansiosos desde el sofá de la sala.
—¿Qué dijo, hermanito? —Lisa enseguida quiso saber.
—Manu, ¿tienes idea del tamaño de los negocios de tu familia? —pregunté y miré a Manu que parecía no tener idea de lo que hablaba.
—Es una lechería especializada en productos de leche de cabra. Fue comenzada por mi abuelo y sé que el negocio creció con mi papá y mi hermano. Pero es un negocio pequeño, familiar —explicó Manu—. Pero ya te había dicho eso, Flávio.
—Manu, ¿ya hablaste con tu hermano sobre esto? —insistí.
—¡No! Mi abuelo dejó a mi hermano Camilo como el responsable de administrar la herencia que me dejó, cuando él murió yo era menor de edad. Tan pronto cumplí dieciocho años mi hermano quiso entregarme todo, pero yo ni quise saber lo que era, antes de que mi mamá tuviera tiempo de hacer cualquier cosa firmé un poder dándole plenas facultades a