"Heitor"
—Entonces, Alessandro, ¿qué idea tan magnífica es esa que tuviste para sacarme de casa antes de las seis de la mañana? —pregunté cuando me encontré con los chicos el lunes, en un café cerca de la empresa de Alessandro.
—¡Vamos a enviar flores a nuestras mujeres, amigo mío, muchas flores! —Alessandro sonreía.
—Es una buena idea, Melissa está imposible —comentó Nando.
—¿Qué tipo de flores? —preguntó Rick.
—Cada uno elige las suyas, pero tiene que ser un arreglo que les haga ver lo locos que estamos por ellas —dijo Patricio con esa sonrisa tonta en la cara.
Terminamos el café y fuimos a la florería que estaba abierta día y noche. Cuando llegamos, la florista nos mostró varios arreglos en la computadora que podría hacer. Pero Patricio, como siempre Patricio, vio un arreglo descomunal en un rincón de la tienda y llamó nuestra atención.
—¡Es ese! —Patricio señaló y hasta la florista empezó a reír.
Era un arreglo enorme de flores en tonos rosados en un jarrón de cristal alto.