"Samantha"
Entré corriendo a casa para no darle oportunidad a Heitor de convencerme de ir a su casa. Estaba muriendo de deseo por él, completamente excitada. No solo era guapo, era encantador, olía delicioso, divertido, demasiado atractivo. Pero por más que quisiera pasar la noche con él, no podía. Mi jefa había cambiado mi turno del domingo y tendría que levantarme temprano.
Fui directo a tomar una ducha, necesitaba calmar este fuego que me consumía. Me acosté en mi cama y el celular vibró en la mesita de noche, había llegado un mensaje, miré y era de Heitor.
Heitor: "Tu aroma es divino, mucho mejor de lo que imaginé."
Estaba riendo como una tonta mirando la pantalla del celular. Pero como no tenía sueño, decidí provocarlo un poquito más, así que me hice la tonta y entablamos una conversación.
Samantha: "¿De qué estás hablando?"
Heitor: "Del regalito que me diste."
Samantha: "¿Que sería?"
Heitor: "Ese retacito que dejaste en mi regazo hoy antes de salir de mi auto."
Samantha: