Lilly Bradley
Quería que la tierra me tragara y me escupiera lejos de ahí. El corazón me latió con fuerza al escuchar que el hombre de la cita a ciegas de Leah, era nada más y nada menos que mi nuevo jefe. “Lilly tú y tu bocota”
—Mucho gusto, señor Johnson. —Extendí mi mano en presentación y claro, por educación, pero él no mostró interés en responder, “Apenas vas llegando y ya te despidieron” Sus ojos se clavaron en mi por unos momentos en silencio, hasta la mujer a mi lado, notó lo que estaba pasando.
— ¿Jackson? —lo llamó por su nombre y él reaccionó rápidamente.
— ¿Sí? —contestó con una pregunta ignorándome.
—La nueva administradora se está presentando. No muestres una mala imagen de la empresa, ¿Qué va a pensar?
—Que es mi elevador privado. —Máxima soltó una risa.
—No seas así, se ha perdido y ha tomado el elevador incorrecto.
—Lo siento, no sabía que era privado. No volverá a sucede