CAPÍTULO 48. De la determinación a la oscuridad

Mientras Maggie volvía en silencio a la habitación, con las emociones aplastándole el alma, Jackson se quedó con el cardiólogo: un tipo bajito, de barba perfectamente recortada y una voz que parecía la de un locutor de radio nocturna.

—Vamos a hacerle una ecocardiografía —explicó el médico mientras revisaba la carpeta de Joy—. También necesitaremos un electrocardiograma, pruebas de saturación de oxígeno y, probablemente, una resonancia magnética para determinar la malformación exacta. A veces, estos defectos se corrigen solos con el crecimiento; pero si es un caso complejo, necesitaremos cirugía en las primeras semanas de vida, y cuanto antes mejor.

—¿Qué tan grandes son los riesgos? —preguntó Jackson, aunque ya sabía la respuesta.

—Siempre los hay. Pero también tenemos buenos pronósticos. No tengo que decirte que la ciencia ha avanzado muchísimo. Y además la nena está estable, desde que nació no ha estado en peligro significativo y segú