CAPÍTULO 38. De la certeza al desprecio
CAPÍTULO 38. De la certeza al desprecio
La opción solo era una para Pamela y su hijo lo sabía: intentar defenderse y quedar como la víctima, pero las palabras no llegaban. Su rostro se tornó pálido, y sus ojos comenzaron a moverse nerviosamente.
—Eso… eso no es posible… —balbuceó, intentando encontrar una excusa que la justificara—. De alguna forma deben haberse…
—¡Deja de mentir de una maldita vez! —exclamó Jackson sin importarle que estaba gritando ya. Afuera la música estaba lo bastante alta como para que nadie los oyera y si los oían… bueno, no era su nombre el que estaba sucio—. ¡Ya deja de mentir porque no tienes justificación! ¡Tú le dijiste al arzobispo que el hijo de Maggie no era mío! ¡Y lo hiciste porque sabías lo que iba a salir en esos resultados! ¡Y lo sabías porque tú misma mandaste a manipular los resultados!
—¡Jackson, claro que n….!
—¡Exactamente como sabías que Reggie iba a llegar ese día a mi oficina con los papeles y trajiste a mi padre para que los viera! ¡Porque