“Flávio”
Esta noche era la reunión del club de chicas. Dejé a Manu en casa de Catarina y fui a casa de Patrício para encontrarme con los chicos para la sagrada partida semanal de póker.
—¡Por fin llegó el detective! —me saludó Patrício con su habitual alegría.
—¡Hola, tío! —saludé a mis amigos y me dejé caer en una silla. Heitor me puso una cerveza delante y me la bebí de un trago.
—¿Qué pasa, detective? ¿A qué se debe tu estrés? —preguntó Rick, y lo miré de reojo.
—¿Es tan obvio? —pregunté.
—¡Oh, amigo mío, sí que lo es! Y ya conocemos esa cara muy bien, porque Heitor y yo ya la hemos puesto, y fue por culpa de nuestras mujeres —dijo Alessandro sin rodeos. Necesitaba desahogarme.
—No es exactamente por Manu, pero podría hacer que me dejara. —Expliqué.
—¡Oh, no! Esto no pinta bien. —Patrício me miró fijamente—. ¿Hablaste con ella sobre Sabrina? —En el grupo, Patrício era el único que sabía de Sabrina; ya me conocía de antes y había sido uno de los invitados a la boda.
—No. Y es mucho