“Samantha”
La semana iba muy bien, ya había hecho algunas ventas geniales. Manu salió de la tienda donde trabajaba, me contó que le hizo una gran venta a Heitor y que al final la contrató y ella quedó muy contenta. Me alegré por ella, pero ahora había perdido a mi compañera.
Sin embargo, Heitor pasaba mucho tiempo aquí en el centro comercial. Él aparecía todos los días durante mis vacaciones y me invitaba a tomar un café. Él me rogaba por mi número de teléfono y yo me divertía porque hasta su sobrino ya tenía mi número excepto él.
El miércoles Enzo me invitó a almorzar, quería presentarme a su novia, una chica linda y súper conversadora. Después del almuerzo, cuando nos detuvimos en la puerta de la tienda, me dijo:
- ¡Tía, eres hermosa! – Era tan galante como su tío. – No puedo ir al centro comercial la próxima semana, es semana de exámenes y mi mamá me mataría.
- Está bien, preciosa. ¿Pero por qué me cuentas esto? – Nos llevábamos muy bien.
-Porque quiero preguntarte algo.
-Te estoy