"Samantha"

Apenas habíamos empezado a jugar cuando Flávio recibió una llamada extraña y tuvo que irse. Dijo que era trabajo, pero que volvería pronto. Manu se limitó a observar. Seguimos jugando, y todo iba de maravilla hasta que María me llamó.

"Sam, ya llegó tu mudanza. Voy a poner todo en orden. ¿Tienes alguna recomendación?", me preguntó María, y me alegré de no tener que ir al apartamento. Había estado nerviosa desde la última carta.

"No, María. Es ropa y objetos personales; déjalo todo en el armario. Gracias", respondí, agradecida por su ayuda.

"Ah, otra cosa. El Sr. Vinícius me pidió que te diera esto". María me entregó un sobre y empecé a temblar.

Otra carta. ¿Pero dos cartas en tan poco tiempo? Es imposible. Estaba paralizada, mirando el sobre. Sentí una mano en el hombro y vi que me arrebataban la carta.

"Déjamelo a mí, Ruiseñor." Heitor estaba detrás de mí. "No dejes que esto te arruine el día."

Pero era demasiado tarde; ya me había quitado la paz. Tomé la carta y la abrí;