“Alessandro”
¿Qué demonios estaba pasando? ¿De dónde habían salido esos tres engendros del infierno? ¡Rayos! Lo estábamos pasando tan bien con las chicas, que mi Catarina casi me perdonaba, y entonces apareció esta criatura malvada y lo arruinó todo.
Y no les bastó con aparecer y lanzarse sobre nosotros, la bruja de Ana Carolina también dijo que habíamos tenido "una noche de amor" en mi sofá. Una noche de amor, ni hablar, estaba en coma alcohólico. ¿Pero cómo le iba a explicar eso a Catarina? No se creería que no recordaba nada, que no estaba en mis cabales. ¡Mi vida había terminado!
Cuando se levantaron, dándonos la espalda, Patrício, Heitor y yo nos miramos y nos levantamos de un salto, tirando a esas tres ridículas al suelo.
—¡Ay, tío! ¿Qué es eso? ¡Me has hecho daño! —gritó Ana Carolina desde el suelo—. ¡Ayúdame a levantarme!
—¡Ya te advertí que te alejaras de mí! —le dije, desbordando odio.
Miré con asco a esa ridícula chica tirada en el suelo, corrí a la caja y pagué. Heitor y P