- Pero mira, ¿no es Sardinhas recordando a sus viejas amigas? – bromeó la voz del otro lado.
-Miguelito querido, nunca me olvido de mis viejos amigos. ¡Eres familia, querida mía! ¿Cómo estás? – Los ojos de Virginia brillaban.
- Estoy bien. Necesitando una novia que me consuele porque mi amigo se fue a pasar un rato tomando sol en Malibú. – Miguel se refirió a la salida de Levy.
- ¡No seas dramático! – Virginia lo regañó. – Pero te llamé precisamente para decirte algo que sé que te animará.
- ¿Oh sí? Estoy escuchando.
-Ese idiota de Heitor metió la pata y Sam está soltero. – dijo Virginia.
- ¡Nooo! ¿En serio, sardinas?
-Así es, Heitor dejó la línea de Samantha.
- Sardinas, sois las mejores! Pero ahora tengo que colgar. Hablaremos más tarde. – Miguel colgó rápidamente el teléfono.
No pasó mucho tiempo antes de que sonara el teléfono de Sam, ella lo cogió y nos mostró la pantalla, era Miguel. Ella respondió por el altavoz:
-Miguel, qué sorpresa. ¿Todo está bien?
- Mi reina, me muero de t