Sofia
Ya pasaron cinco días desde que fingimos nuestras muertes y yo todavía no he tenido ningún tipo de relación, ¿es que cómo voy a tener algo si ni siquiera salgo de esta gigante y preciosa prisión?
-¿desea más café solo?- le pregunta el pingüino a Roma.
-no, gracias- le contesta amable con una sonrisa.
Todavía no he logrado descifrar cómo es que está tan se sensible, tierna y amable con todos. No parece la Roma que conozco, no es que no me guste que se comporte así, pero estaba acostumbrada a la Roma sarcástica, fría y con cara de matarte si te acercas mucho. Esta Roma que veo ahora te abraza sin meterte un puñal en en estómago. Es raro.
-¿podrías traerme helado con papas?- le pide en cambio y yo frunzo el ceño.
-claro se