Una vez que termino de acomodar mi corbata color negra que ella misma ha escogido, me siento en el sofá que hay en nuestra enorme habitación, y la espero. Mientras lo hago, reviso mis redes sociales y leo alguna que otra noticia que aparece en internet —Nene, ya estoy lista. — Informa mi esposa y automáticamente levanto mi vista.La veo salir del walking closet y básicamente me he quedado mudo. Vestido negro largo sin mangas ni tirantes, y un tajo que llega muy arriba en su pierna. Cabello recogido y zapatos haciendo juego. Vuelvo a mirarla de pies a cabeza mientras camino hacia ella —¡Pero qué preciosa luces! — Le halago sonriente y tomo una de sus manos para darle un beso.—¡Gracias! Tú también te ves muy guapo. — Comenta y acomoda el cuello de mi americana.—Rubia, no me has dicho de que es el coctel o lo que sea que vamos.