4. Tratos

—¿Que te sucede? Me pregunta al ver mi cara mientras tomo asiento nuevamente en frente de ella.

—Tenemos que hablar, pero no se si deba primero ir a un abogado y escribir mi testamento. — Comento intentando distenderme un poco.

—¿De que hablas? No se si intentas hacerte el gracioso o que, pero me estás poniendo más nerviosa de lo que ya lo estoy. — Me dice sin apartar esa mirada gris de mi.

—Es que... — Trato de decir.

—¡¿Es que, que?! — Exclama.

—Es que la noticia de nuestro casamiento se ha hecho pública en los medios de comunicación de Italia. — Le explicó con bastante temor.

—¿Cómo que nuestro casamiento involuntario esta en los medios de comunicación? ¡Es una broma! ¿Cierto? — Dice muy seria.

Solo puedo negar con la cabeza mientras abro el mensaje de mi que contiene un enlace a una de las noticias. —Mira. — Le digo dándole mi móvil.

—¡No! ¿Pero quien rayos ha dado la información? ¿Acaso a ti te investiga el FBI o que? — Me pregunta sin dejar de ver el móvil. —¡Esta en todos lados! ¡Esto es un desastre! Seguramente Damián ya se ha enterado porque hasta una foto nuestra hay— Dice indignada y la verdad que yo también estoy indignado.

—No, no me investiga el FBI, pero como te explico... me siguieron unos paparazis desde Italia buscando el próximo escandalo del hijo de Alonzo Marín—  Confieso.

—¿En cuantos escándalos has estado metido? — Me pregunta sin apartar su mirada de la mía. 

—¿En varios? — Respondo tímidamente.

—¿Acaso no sabes cuidarte de la prensa? Yo también soy el blanco de los paparazis en varias ocasiones, pero no por eso cometo aparezco en la tapa de revistas por mis escándalos, sino por lo que hago en los negocios— Me reclama.

—Va bene, discúlpame... ¡me olvidaba que me case con Beyonce! — Rebato frustrado. Dios... realmente es arrogante, insoportable... de verdad que lo más conveniente sería enviudar.

—Vaya que graciosito que eres— Dice sarcásticamente. — ¿Entonces como solucionaremos este escándalo Mr. escándalos..? — Me pregunta impaciente.

—Ese es el problema... no podemos. — Intento explicarle.

— ¿De qué hablas? —

—Me ha llamado mi madre para pedirme explicaciones, ya que la noticia al parecer ha tenido una gran repercusión... Me ha exigido que no me divorcié, dice que puede perjudicarnos a las dos familias si se enterarán de que nos casamos en medio de una borrachera, después de todo, son rivales en los negocios, ¿no? — Le confieso y estoy pensando en meterme debajo de la mesa porque creo que ahora si me matará.

— ¡Tú te has vuelto absolutamente loco! ¿Me estás pidiendo que finjamos un casamiento feliz? ¿Acaso no me escuchaste cuando te dije que me caso el sábado? Me pregunta alteradísima.

—Si, sé que es una locura y si, sé que te casarías, pero si la verdad sale a luz se arruinaran muchas cosas en los negocios de nuestras familias, piénsalo. —

— ¡Lo hubieras pensado antes de emborracharte como si no hubiera mañana! — Me reclama.

— ¡Claro, porque solo fui yo quien firmo el acta de matrimonio! — Le respondo de la misma manera.

—Esto de no recordar no es bueno... ni siquiera sabemos cómo ocurrieron las cosas. — Murmura

—Lo sé, pero ahora debemos asumir las consecuencias de nuestro desastre. — Expongo.

— ¿Asumir las consecuencias de nuestros actos? —

—Si... —

— ¡No, lo que tu estas queriendo que haga por ti y tu familia es salvarles el pellejo! Yo no tengo porque sacrificar mi vida por ti... ni siquiera te conozco más que por quien es tu familia. — Me dice y me encantaría decirle que tiene razón, pero no puedo.

—Serían solo unos meses. — Le explico intentando convencerla.

— ¡No! Me divorciare de ti y me casare con Damián. — Responde poniéndose de pie.

Agarro las cosas de la mesa rápidamente y las tiro en el tacho de basura para luego seguirla mientras sale del Starbucks.— ¡Por favor! Mi familia me va a matar, no puedo con un escandalo más, no puedo dejar que todo se arruine por esto. — Insisto.

—No es mi problema.  Discúlpate con todos, diles que estabas bajo los efectos de una medicación muy fuerte... no se invéntate una excusa; hoy mismo nos vamos a un abogado. —

— ¡Por favor! — Insisto siguiendo su ritmo por las calles de este lugar que se está convirtiendo en mi infierno personal.

Su móvil comienza a timbrar e ignorando mis suplicas mira la pantalla. Su cara cambia completamente al ver quien la llama.— ¡Mierda! ¡Mierda! — Grita como una loca.

— ¿Tu novio? — Pregunto deduciendo que debe de ser él.

— ¡Si! Tus escándalos se están convirtiendo mi vida en una pesadilla. —

Solo me detengo a observar la escena como todo un espectador y vaya que con él ella es diferente, un pan de Dios... Le dice mi amor, le ruega, en fin, todo un angelito... ¿será bipolar? Lo único que sé, es que es claro que él se ha enterado de todo porque ella le intenta explicar lo sucedido, pero es claro que no está logrando convencerlo.

— ¿Qué sucede? — Le pregunto al ver que está llorando después de hablar con su novio.

—Sucede que ha terminado conmigo. Sucede que nuestras familias han discutido. Sucede que mi entorno también se ha enterado... —

— ¿Por culpa mía? — Le pregunto preocupado.

— Si, mi padre vio la noticia acerca de ti... hablo con tu madre de inmediato, le reclamo y luego cuando ellos llegaron a un acuerdo, mi padre hablo con Damián y su familia —

— ¿Y que les dijo? —

— Lo mismo que te dijo tu madre… — Responde frustrada.

— ¿Es decir que han hecho un acuerdo entre si? — Me atrevo a preguntarle.

— Eso parece — Responde enfurecida.

— ¿Y entonces? ¿Qué hacemos ahora? — Indago.

—Yo personalmente empezaría por hacernos un monumento a los más idiotas de este mundo. De verdad que no vuelvo a tomar nunca más en mi puta vida. — Dice con rabia.

—Vaya lenguaje... y tan fina que dices ser. — Comento intentando calmar los ámbitos.

— ¡Perdóname si no soy una lady en este momento, pero resulta ser que toda mi perfecta vida se ha ido a la basura! — Me grita haciendo un gran escándalo en medio de la calle.

Me acerco a ella y la tomo del brazo con cuidado para que entienda donde estamos, ya que realmente está fuera de sí.—Por si no te has dado cuenta señorita de vida perfecta, estamos en medio de la calle y si no quieres que aparezcamos en otra portada de revista como el escándalo del año, es mejor que te calmes. — Le advierto.

— ¡Hay si, cierto que estoy con el señor escándalos! — Dice burlándose de mí.

— ¡Eres realmente insoportable! —

— ¡Y tu un engreído! — Me replica.

Es mejor que empiece a calmar las cosas entre los dos... necesito de su ayuda.

—Arya, por favor... calmémonos. De verdad necesitamos ayudarnos mutuamente. — Le vuelvo a pedir.

— ¿Cuál es tu propuesta? — Me pregunta poniendo sus ojos en blanco.

No tengo ni idea cual es mi propuesta, pero debo improvisar antes de que se arrepienta.

—Tres meses. Fingimos un matrimonio, después decimos que no funciono y nos divorciamos para no perjudicar a nuestras familias. — Le propongo.

—Con una condición... — Dice sería.

— ¿Cuál? — Pregunto algo preocupado.

—Fingimos en tu país, porque yo necesito salir de aquí. No puedo poner un pie en California, sería un escándalo tremendo. — Dice y creo que está exagerando, pero en realidad necesito que se venga conmigo, de otra manera no se creerían lo de este casamiento.

—Perfecto, tenemos un trato. — Afirmo extendiendo mi mano.

—Tenemos un trato— Repite ella y estrecha mi mano y luego me lanza una media sonrisa. —Ni vayas a creer que te volverás a acostar conmigo eh... — Me advierte.

—Ni te preocupes, cuando estoy consiente no me acuesto con mujeres tan locas como tú. — Le digo entre risas.

—Ni yo con idiotas como tú. — Refuta y luego sigue caminando, dejándome con la palabra en la boca.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados