Después de un día donde ella no ha parado de trabajar ultimando detalles y yo, bueno me he relajado, por fin es hora de la fiesta de inauguración del hotel. Termino de acomodar el moño de mi esmoquin y luego me coloco la americana del traje; me miro una última vez al espejo, y si estoy listo.
—Si te hubiese visto así desde el principio no hubiese tardado nada en querer intentarlo contigo. — Me dice sorprendiéndome.
Me doy vuelta para mirarla y tengo la sensación de que mi mandíbula ha caído al piso, 《que alguien la recoja por favor porque yo no puedo reaccionar.》 Vestido rojo entallado a su cuerpo, un escote que será la perdición de muchos incluyéndome a mi, espalda completamente al de