El dolor en el cuerpo y una gran sed la hicieron despertar, con las cejas arrugadas quería cubrir el molesto sol que entraba por la ventana. Pero simplemente se rindió y se dio vuelta para cubrirse la cabeza con una almohada.
– ¿Aun tienes sueño?
Se escuchó una vocecilla traviesa junto a ella. Con algo de i