“Un espacio para dos” PARTE 1
Apenas había terminado de guardar lo importante en mi escritorio y apagar el ordenador cuando Gratia salió de su despacho.
Portaba de vuelta su chaqueta de cuero marrón y su cartera amplia bajo el brazo, en esa elegancia que intimidaría a cualquier monarca e inclusive a los más altos diseñadores de la elite.
Me contempló tras sus gafas oscuras, a la par que cerraba la puerta tras suya.
— ¿Lista?
Agarré mi bolso y mi abrigo, con la sonrisa aflorando en mis labios.
— Lista.
Señalice a medida salía de mi recoveco de trabajo. Gratia adelanto su caminar, desfilando ante mis ojos como modelo de pasarela, un caminar al que pretendía adaptarme a pesar de mi baja estatura.
Y mis inútiles piernas cortas…
— Señora Graham, el abogado del señor Gross se encuentra en la recepción principal…
Anunció sorpresivamente quien ocup