Aprobado.
Ese día, Abigaíl y Agustín, se dedicaron a amarse, querían y necesitaban recuperar el tiempo en el que estuvieron separados.
…
Agustín.
Mi humor cambió del cielo a la tierra, me sentía lleno de energía y supermotivado, le hice el amor a mi hermosa princesa como nunca, saboree cada rincón de su cuerpo, mientras gemía mi nombre.
Estaba decidido hacer las cosas bien, le demostraría que a mi lado podía ser feliz, nunca más permitiría que se alejara de mí.
— Pudiste descansar— le pregunté cuando abrió los ojos.
Habíamos estado haciendo el amor toda la mañana, así que después de almuerzos nos acostamos a dormir un rato.
— Sí– dijo con una sonrisa— Me siento como nueva.
— Eso es bueno, porque deseo más de ti— le dije y ella negó con la cabeza— ¿por qué no? — pregunte.
— Debo irme— dijo y mi corazón se arrugó.
— De verdad tienes que hacerlo— en mi voz se podía sentir la tristeza.
Ella asintió y se acercó a mí, sus labios rozaron los mío, era un tierno beso, pero yo deseaba más, quería atarla