—Uhm, Nicki... —Jung sorbió su nariz y se levantó de su sitio en aquel incómodo sillón, sacando la mano del mayor de su mejilla— Quería hablar contigo, estaba esperándote. —Asintió, tomando por sorpresa al abogado, quién ladeó su cabeza al no creerse lo que había escuchado y frunciendo su ceño.
—¿Querías verme? ¿Tú? ¿Querías verme a mí? —Se señaló a sí mismo, la confusión parecía haber dañado su cerebro— No me malentiendas, estoy halagado, pero