—Tú realmente no estás nada preocupado por esta situación —Jung soltó en una risita, posando su mano sobre el pecho del más alto, quien sólo se encogió de hombros y lo cubrió con la sábana.
—¿Por qué debería? —Patrick sonrió— Nos están dando la coartada perfecta para seguir adelante.
—Hasta que atrapemos al soplón —refutó el ma