—¡Mamá y mi profe sí son novios! ¡Lo sabía! —Cuando Lutxi los atrapó besándose, ambos supieron que era el momento de decirle por fin la verdad.
—Hija… Zack y yo tenemos que hablar contigo. —Moira se apartó de Zack lentamente, mirando con seriedad a su niña.
Ella alzó ambas cejas, confundida.
—¿Está bien? —Encogió los hombros.
—Vamos a desayunar al balcón de la biblioteca ¿quieren? —propuso Zack frotando su nuca, con una mirada visiblemente nerviosa por lo que vendría a continuación—. Les prepararé chocolatada caliente… con malvaviscos.
—¡Hurra! ¡Yo quiero! —Lutxi corrió a la biblioteca con una gran sonrisa emocionada.
Apenas se fue, Moira miró ansiosamente a Zack, que ahora parecía todavía más nervioso, cosa para nada normal en él. Normalmente sonreía incluso ante una situación de vida o muerte, pero ahora parecía superado por la situación y sin saber qué hacer.
Ja, era un poco irónico que el gran Dr. Zack Irissa fuera doblegado por su propia hija, pero eso solo le demostraba a Moir