Yelena
—Izan, no eres un fracaso, solo cometiste algunos errores.
Me separé un poco del rubio y dejé de ocultar mi aroma.
Supe el instante exacto en el que sus fosas nasales captaron mi olor por como se dilataron sus pupilas.
—Pareja —susurró pegando su nariz a mi cuello.
El dolor en su voz me estaba desgarrando.Me afectaba verlo así, tan vulnerable, tan roto.
Su nariz rozó mi cuello inhalando mi aroma y luego llegó hasta mi mejilla.Las chispas erizaron toda mi piel.Me separé apenas unos centímetros para perderme en esas dos esmeraldas que tenía por ojos, que me miraban totalmente embelesados.¡Por la Diosa como deseaba besarlo!.
Si estaba lo suficientemente borracho para confesarme todo lo que hería su alma también lo estaría para no recordar nada cuando despertara por la mañana.
Acerqué mis labios a los suyos y lo besé.Él no tardó en corresponder con ansias al beso.Su boca tenía todavía un ligero sabor a whisky y, aunque usualmente no me gustaba esa bebida , en ese momento me