—¿Porqué estás tan callado? —preguntó Zaida, creyendo que Yarden seguía caminando cerca de ella. Sin embargo, tras mirar a su costado, se percató de que lo había dejado muy atrás—. ¡Yarden! —exclamó y retrocedió de nuevo hasta él—. ¿Qué pasa? ¿Porqué te quedaste quieto?
—Ah… —el híbrido salió de su