En la hacienda el llanto de María Fernanda y María Luisa, se hizo presente al momento que el teléfono de la casa empezó a sonar.
—¡Maldición! —gruñó Joaquín—. Con el trabajo que me costó hacerlas dormir.
Miguel atendió la llamada mientras el joven, trataba de calmar a sus niñas.
—Juan Manuel Duque, vos si sos el más ingrato de los hermanos — recriminó por el teléfono al escuchar su voz.
—No me regañes Miguelito, hablo para darte buenas noticias —comentó Juan Manuel—. Una señorita de nombre: Milagros me llamó a invitarme a su boda, no le había podido confirmar, porque tengo trabajo, pero si no me equivocó me dijo que aproximadamente en un mes se casaba pues dile que cuenta con mi presencia. Regreso a Colombia.
—Entonces debemos hacerte un gran recibimiento hermanito —comentó con alegría Miguel. —Sos bienvenido.
—Gracias —respondió Juan Manuel
¿En qué nuevo problema se meterá ahora Angie? Y ¿qué sucederá con el regreso de Juan Manuel?