5- ¿Quién eres?

Pasaron unos dos días y la actitud de Storm es igual o peor que la de antes, es más arisca, más grosera y más violenta. Siempre trato de estar en donde ella está y siempre es lo mismo, mira el rostro de las mujeres con determinación, como si buscara algo. Si ve algo que no le conviene pregunta hasta el cansancio. Su padre ya no sabe qué hacer y Erik está cada vez más extraño. 

Hoy estamos reunidos en la Biblioteca, Bruce mandó a buscar a su hija ya que nos tiene que decir que sabe de los que la secuestraron para empezar su búsqueda y avisar a los demás clanes para estar atentos a cualquier cosa.

— Aquí estoy.— dice y la veo entrar mientras cierra la puerta. Mira a cada uno de nosotros pero su mirada se detiene mucho más cuando llega a mi, siempre es lo mismo cuando uno de los dos llega a un lugar donde se encuentra el otro.

— Storm, te he dado unos días para que te adaptes pero ya no podemos seguir así, tenemos que saber quiénes te capturaron para salir en su búsqueda.—

Dice Bruce y al momento ella se tensa en el lugar.

— No hay necesidad de eso.— dice y yo me quedo algo extrañado.

— Ya estoy alto de tus malcriadeces. — salta Erik y veo que Storm cambia su cara.

— No estoy entendiendo. —

— Esta actitud, no eres tú. Tú eres cálida, sonriente, brillante, no como está ahora, un témpano de hielo. — dice mientras se hacer a ella. — No me gusta tu actitud. —

Storm lo mira serio y suelta de pronto una risa hueca sin sentimientos.

— Y dime Erik, por qué me ha de importar tú opinión respecto a mi comportamiento. — le responde y en la cara de él se muestra lo que le dolieron sus palabras. — Vamos dime. — le anima pero esta ves muy seria, bueno como siempre la he visto.

— Este. — decido interrumpir esto porque una no me gustó en la forma en la que Erik arremetió contra ella y la segunda, bueno este no era el motivo de la reunión. — Calmémonos. — digo mientras separo a Erik de ella, puedo notar por su mano cerrada que se está aguantando para no retroceder y poner espacio. 

Me ubico entre los dos, dejando entre ella y yo una distancia prudente, su mano abriéndose de forma lenta me confirma que hice bien.

— Storm, nosotros solo queremos ayudar para que esos hombres no le hagan más daño a más nadie. — digo simplemente pero de forma normal para que no se sienta atacada.

Se me queda mirando directo a mis ojos y su postura cambia a una relajada, no dejo de mirarla.

— ¿Quién eres? — pregunta y yo sonrío, no me ofende que me pregunte mi nombre de esa forma y mucho menos el tono que usó a pesar de no estar adaptado.

— Darren, Darren Sinclair. Laird del clan Sinclair. — me presento pero sin dejar de mirarla.

 Ella solo afirma con su cabeza y desvía la mirad para mirar a los demás, no me gustó eso.

— No hay necesidad de ir tras ellos. — dice y siento como mi amigo quiere adelantarse pero yo lo detengo interponiéndome en su camino para que la dejara hablar. — Ellos están muertos. — responde y yo me quedo sin poder decir nada.

— ¿Cómo, cómo lo sabes hija? — dice Bruce.

— Porque me quedé a su lado hasta que me aseguré que los lobos se los comieran por completo. — dice de forma fría, miro sus ojos y estos se nublan por un momento. Los cierra y cuando los abre ya está de regreso.

— Como no hay nada que decir, me retiro. — cuando da media vuelta Erik sale detrás de mi.

— Espera. — le dice y ella voltea su cabeza. — ¿Qué, qué te hicieron.— dice y yo quiero partirle la cara en estos momentos. Cómo se le ocurre hacer esa pregunta.

— Nada que te importe. — responde de vuelta y la verdad no la culpo. Sale y da un tirón a la puerta.

— Pero serás animal.— le digo cuando se voltea.— ¿Cómo se te ocurre preguntarle algo como eso? — le recrimino.

— Tenemos que saber qué le pasó. — dice

— No, no tenemos que saber, no si ella no está dispuesta a contarlo.— la defiendo.

— Darren.— me llama Bruce y lo miro.— Erik tiene razón, tenemos que saber qué le pasó para ayudarla a que vuelva a ser como ella era antes. Tú no la conociste, esa no es mi hija. — dice y yo me quedo sin palabras porque no puedo considerar lo que están diciendo. La muchacha estuvo más de un mes secuestrada, sabrá todo lo que le hicieron y en vez de entenderla quieren obligarla a que actué como si nada pasó, están locos.

— Tienen razón, no la conocí, solo creo que están cometiendo un error y tú Erik sabes lo que puede causar si la atosigan mucho.. — les digo molesto. — Ya mi misión está hecha, dentro de dos días parto para mis tierras. — digo y salgo de allí, lo que están haciendo es una locura....

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