Miguel sonrió mientras veía a su compañero salir de la cama y tropezar en el baño. Quería gritar de alegría porque el hombre estuviera aquí, aún aquí juntos. Suspiro cuando le perdio de vista, tenia que reconocer que Valentino tenia un lindo tracero, había esta aquí casi dos días, de seguro pronto tendrian que enfrentar el mundo fuera de las puertas de su habiatacion algo que no le apetecia pero era necesario.

Valentino se miro en el espejo, el agua le corria por la cara. Casi se habían encerrado en las habitaciones de Miguel, usando la pequeña cocina para cocinar y la sala de estar para sentarse y hablar y aprender todo lo que había que saber sobre el otro, pero aun quedaba mucho que decir. El tenia varios secretos aun, enfrentar esa parte de su vida no le apetecia nada pero sabia que su compañero necesitaba saber todo sobre el, sobre todo si Miguel tomaba la desicion de quedarse en algun momento enfrentaria a su padre.

Ahora mismo estaba maravillado de que su dragón había permane