Miguel tenía una sonrisa feliz y saciada en su rostro cuando se entro en sus habitaciones. Dijo buenas noches a sus tres guardespaldas aun estaba asombrado porque Valentino no hubiera dicho nada y les permitiera salir a caminar al pueblo.
En realidad, se había convertido una tarde bastante agradable. Estaba bastante seguro de que había aprendido más de Will y de las personas que conoció mientras iba y venía de la panadería de lo que jamás podría aprender de los renombrados ancianos. Solo ocurrio una pequeña conmocion cuando Mino sin querer revelo quien era, pero esa gente su gente le sorprendio. Ellos había estado feliz de conocerlo de que el estuviera caminando por la calle como un plebeyo, que se pusiera a jugar con los niños en la plaza, reido con las ancianas que se sentaban a tejer y hacer cuentos de los viejos tiempos
Estaba empezando a ver que la casa del clan Aguilera era en realidad un lugar maravilloso, con sólo unas pocas manzanas podridas, que si lograban hacer que desap