Por Kelly
Entramos a mi dormitorio, Carolina se sentó en un sillón que había cerca del ventanal, mi dormitorio era amplio, además de la cama y la mesita de noche, tenía dos sillones, aunque eran individuales, pero muy cómodos.
Era en suite y una de las cosas que más me gustaba, era el espacio del guardarropas,
podía acomodar la ropa por estación y por colores, soy bastante obsesiva con mi ropa, también contaba con un importante sector para mi calzado.
Amo esta habitación y toda la casa.
-No entiendo nada, creí que le gustaba.
-Posiblemente sea así.
Le contesté a mi amiga tratando de parecer indiferente.
-Es un hombre raro, parece que te ignora a propósito.
-No me interesa, solamente te digo que no te hagas ilusiones con él.
Me mira bastante mal.
-Vos no querés reconocer que te gusta, entonces le puedo seguir el juego.
-Ese juego lo vas a perder.
-Sigo sin entender nada y la última impresión que tuve de él es que vos le gustás mucho y no quiere demostrarlo.
-Desde el principio me trat