Por Kelly
Estábamos charlando cuando entró el veterinario, se acercó a saludarnos y se sentó en nuestra mesa.
Hablamos con él sobre una yegua que tenía un embarazo con el feto mal acomodado.
Cuando me preguntó mi opinión, yo le dije lo que haría.
-Sos una excelente veterinaria ¿Podrás pasar por la veterinaria a ver los estudios que le realicé?
-Con mucho gusto.
-Te sacaste el premio mayor con esta mujer.
Le dice el veterinario a Rodolfo.
Las chicas estaban calladas, es lo que nunca voy a entender, por qué, si tenían la oportunidad, no estudiaron una carrera universitaria, parecían criadas para ser solo damas de sociedad y terminan siendo unas inútiles, que cuando encuentran un marido, éste no las tiene en cuenta y se queden afuera de todo.
Rodolfo me miró orgulloso.
-No tenés idea del premio que me gané, la voy a amar por toda la eternidad.
Finalmente nos fuimos.
Al día siguiente pasé por la veterinaria y analizamos juntos los estudios, era una yegua de raza, cuando me estaba yendo,