Por Rodolfo
Ajena a mis pensamientos, comenzó a hablar.
-Aprovechando mi viaje a la capital, hablé con abogados...
-¿Se puede hacer algo?
Le pregunté ansioso.
-Me dijeron que no.
Dijo bajando la cabeza.
Parecía agobiada.
-Yo también hablé con otros estudios jurídicos y me dijeron lo mismo.
-No me quiero casar con vos.
Sus palabras me molestaron.
Aunque yo pensaba igual.
-Yo tampoco me quiero casar con vos... ¿Tenés novio?
-No.
Dijo firme.
-¿Y vos?
-Ni loco me ato a una sola mujer.
-¿Pero si nos casamos...
-Nos tenemos que casar y aguantar cinco años.
Noto como respiró casi aliviada.
-Estaba pensando que podemos reformar alguna habitación, hacerla doble, no sé, vos dormís en una y yo en otra y a los demás les va a parecer que dormimos juntos.
-Nena, las reglas hablan de fidelidad ¿Pensás que voy a estar cinco años sin sexo?
Se lo digo para molestarla, desde este momento se estaba negando a tener sexo conmigo y yo... quería probarla.
-Si sos discreto, puedo no enterarme.
-¿Y vos?
-¿Yo