CAPÍTULO 67. NO ME LA PUEDEN QUITAR
Al ver que James se giró en su eje al escucharse aquel estrepitoso ruido, Madison aprovechó para abrir la puerta con rapidez, y salir de la habitación corriendo en dirección a el cuarto donde su pequeño Liam lloraba incesablemente y la llamaba.
—¡¡¡Mamá!!! —gritaba con gran desespero, pateando la puerta con sus pies y sus manos.
En cuanto abrió la puerta, y al no tener claridad de lo que ocurría la cerró colocando el pestillo.
—Ya estoy aquí. —Lo abrazó con fuerza y corrió del otro lado de la cama, acostándose una vez más ahí.
—Tengo mucho miedo —Liam dijo completamente aterrado.
—Tranquilo, tranquilo —Madison frotó su pequeña espalda—, nada te va a pasar —mencionó, protegiendo con su cuerpo el de Liam.
—Estoy a tu lado, estoy contigo, yo te cuidaré confía en mí —solicitó.
—No me dejes, mami —suplicó temblando de miedo.
—No lo haré, lo juro. —Madison besó su cabeza y sujetó una de sus manos con la de ella.
***
James abrió los ojos de par en par al ver cuando salía Madison huyendo con