Capítulo 05

—Es un honor tenerte en la casa, Scarlett.—Adam fue el primero en saludar con mucha cordialidad, —Álvaro deberías venir y platicar con tu futura esposa. Tienen que conocerse y organizar la fecha de su boda.

Álvaro estaba en su lugar. Por su parte Scarlett al ver que él no iba hacia ella, decidió tomar la iniciativa y acercarse a él para extender su mano morena.

—Álvaro Rivera Lombardi.— Él le tomo la mano.

Scarlett sonrió.

—Scarlett Leggett. Es todo un honor.

—Ahora que por medio de un acuerdo nos vamos a casar. Al parecer tenemos una larga conversación pendiente.

—Me agrada la idea.— Dijo ella, soltando la mano de él, —Pero me agradaría más la idea de platicar en un lugar más íntimo y más especial para nosotros.

Adam que estaba cerca del lugar no pudo evitar liberar una sonrisa de oreja a oreja y una mirada sorprendida.

—¿Podemos hablar en mi oficina te parece?— Propuso él.

—Me agrada la idea.

Ambos se dirigieron a la oficina de Álvaro para platicar. Ahora que estaban destinados a casarse. Tenían una larga conversación pendiente para ponerse de acuerdo entre ellos.

Al cabo de unos minutos la celebración continuaba con normalidad. Gaspar conversaba con la familia Leggett y los invitados parecían disfrutar del agradable ambiente que los rodeaba. La música era apropiada y las bebidas alcohólicas estaban escaseando. Por lo tanto, Gaspar le ordenó a uno de los chef que fuera a comprar más.

Michelle White estaba afuera de la mansión. Estaba en la acera y solamente había una pequeña cerca que la separaba del jardín. Podía ver la enorme puerta abierta y al parecer algunas personas y una buena música.

Ella noto que un chef iba saliendo de la mansión. Por lo tanto, fingió que se estaba comunicando por medio de una llamada telefónica y éste abordo un vehículo y acelero por el camino.

Michelle guardo su celular y ahora sí, entraría para hacer lo que había planificado desde el primer momento en que había decidido venir hasta aquí.

Camino hasta la entrada de la mansión y se paro en el primer umbral superior. Los invitados y algunos integrantes de la familia la miraron fijamente y con una amplia curiosidad.

—¡Se encuentra el presidente Gaspar Lombardi?— Preguntó ella con interés y cruzando los brazos por encima de su pecho.

Nadie dijo nada al respecto. Por lo tanto, ella tomo un leve suspiro y camino en dirección al interior de la mansión, parándose en medio de la sala.

—Mi esposo está en una reunión importante.— Dijo Celia con una voz llena de amargura, —¿Se puede saber para que lo buscas?

—He venido a hablar con él y no se preocupe yo puedo esperar.— Contestó Michelle con normalidad.

—Lo puedes esperar afuera o puedes venir en otra ocasión.— Celia la tomo del brazo con brusquedad.

—No.— Michelle se sacudió y dijo entre dientes, —No me pienso mover de aquí hasta que hable con Gaspar Lombardi.

—Te tienes que ir.

—¿Qué está pasando aquí?— Adam se acercó, —¿Cuál es el problema que tienen ustedes dos?

—Ella que ha venido a interrumpir está morada.

—Yo solamente vine a hablar con Gaspar Lombardi y puedo esperar el tiempo que sea necesario.— Dijo Michelle.

En ese momento se escucharon unos pequeños murmullos, seguido de unas risas y unos pasos aproximarse. En la sala aparecieron los Legget y Gaspar Lombardi.

—¿Está pasando algo en esta casa?— Preguntó Gaspar, mirando a todos los presentes y en el momentos en que vio a Michelle sonrió, —Michelle bienvenida a mi humilde mansión, ¿Me imagino que has venido hasta aquí para platicar acerca de tu decisión?

—¿De qué decisión hablas, mi amor?— Celia al igual que Adam estaba confundida.

—Tiene toda la razón, señor Lombardi. He venido a está mansión para darle la respuesta con respecto a la propuesta que me hizo.

La mirada de Celia se amplio. Pero su ceño estaba fruncido y ahora estaba sintiendo celos hacia Michelle. Por su parte, Adam estaba en el lugar lleno de curiosidad e interés de saber cuál era esa propuesta.

—¿Quieres que hablemos en mi oficina?— Preguntó Gaspar.

—No será necesario. Tarde o temprano su familia se enterada y lo mejor es ser directa y sin rodeos.

Adam formo una sonrisa de admiración al escuchar la forma de expresarse de Michelle.

—¿De qué está hablando ella?— Preguntó Celia, mirando fijamente a Gaspar, —¿De qué propuesta me están hablando?

—Gaspar Lombardi. ¡He venido hasta ésta mansión para decirle que aceptó el acuerdo y que me voy a casar con su hijo Adam Lombardi! ¡Además también estoy dispuesta tener un hijo de él y así asegurar el futuro sucesor de Choco Lombardi!

—¿Qué? ¡Gaspar, dime que lo que está diciendo está mujer es mentira!— Celia hablo entre dientes, —No puedes permitir que ella sea la heredera de todo esto, no.

—Es una decisión que está tomada, Celia. Mi padre es la máxima autoridad en este lugar y él es el que toma cada una de las decisiones.— Dijo Adam.

—Michelle, me alegra que hayas tomado está decisión y creeme que eres un ángel guardián para mi vida.— Dijo Gaspar sonriente. Por su parte Celia revoloteo los ojos y mantuvo su expresión de amargura, —Él es mi hijo Adam.

Michelle saludo a Adam con mucha amabilidad. Adam sentía timidez y al mismo tiempo una sensación de paz en el momento en que beso la mano de ella a modo de cordialidad.

—Creo que deberían platicar y conocerse un poco.— Dijo Gaspar.

En ese momento Michelle escuchó unas voces y pasos aproximarse. Al fijarse en dirección al pasillo se percato de una morena atractiva. Pero aparentemente sofisticada y con aires de superioridad. Ella estaba en compañía de un hombre con vestimenta elegante.

—No puede ser.— Dijo Michelle en un susurro que por suerte nadie escuchó.

Ella había reconocido al hombre que estaba en compañía de la morena. Era Álvaro, el mismo hombre con el que se había acostado hace un par de semanas. Álvaro al verla se quedó sorprendido, pero no dijo nada al respecto.

—Tenemos una nueva invitada.— Dijo Scarlett con su típica mirada de superioridad.

—Una invitada y una posible residente, morenita.— Contestó Michelle directamente y mirando la cara de Scarlett.

—Me parece que eres una mujer ingenua de esas que le prometen un caramelo y se lo cree.— Dijo Scarlett a modo de burla, —¿Qué fue lo que te prometieron? ¿Algo de dinero o una docena de chocolates?

—Nada que te interese, morenita. Ahora puedes guardar silencio y escuchar lo que Gaspar tiene que decirte.— Dijo Michelle.

El resto de la familia Lombardia se reunió en el lugar. Gaspar miro a su alrededor y al notar que estaban todos se preparó para dar la noticia que de seguro no a todo el mundo le agradaría.

—¡Mi hijo Adam se casada con ella!— Gaspar señalo a Michelle, —¡Además tendrán un hijo y ese hijo será el futuro heredero y presente multinacional de Choco Lombardia!

La mayoría de los integrantes de la familia Lombardi, estaban enojados y en desacuerdo con las palabras de Gaspar. Al parecer no les había caído en nada bien la noticia y sus planes de quedarse con todo se estaba arruinando. Algunos comenzaron a protestar y otros comenzaron a tirar insultos a Michelle.

—Perro que ladra no muerde.— Dijo Michelle.

—Mira, estúpida.— Scarlett se le aproximó y la miro con frialdad, —Ni creas tú que te vas a quedar con todas las propiedades de la familia Lombardi.

—¿Y quién te dijo que seré yo la que se los quede?— Michelle la miro, —El bebé que yo tenga con Adam será el futuro sucesor de Choco Lombardi.

—Y tengo la seguridad de que ese bebé será tan pobre y ridículo así como su madre.— Dijo Scarlett entre dientes. Estaba intentando intimidarla, —¿Le darás tierra para alimentarlo?

—No es asunto tuyo.

—Debes venir de una familia de clase baja y estoy segura que tus padres deben ser unos completos interesados y come tierra, ¿No?— Scarlett comenzó a reírse en la cara de ella, —Eres una come tierra y una ilusa si crees que logradas cumplir con tu objetivo.

—Mira, morenita.— Michelle tomo una leve bocanada de aire, —Si vengo de una familia de clase baja. Mi padre se dedico a trabajar de albañilería y mi madre fue ama de casa. Pero a pesar de no haber contado con grandes riquezas, ellos me enseñaron dos cosas: la primera a ser feliz con lo que se tiene y la segunda a no dejarme faltar el respeto por nada ni por nadie.

Antes de que Scarlett lograda entender lo que estaba pasando. Michelle le propino una fuerte bofetada y la mayoría de los Leggett se alborotaron y se pusieron a la defensiva. Por lo tanto, Adam y Ángela se la llevaron a otra área.

—No fue mi intención darle la cachetada a esa morena con aires de superioridad. Pero me saco de mis casillas.— Dijo Michelle.

—No te preocupes, Scarlett es así.— Dijo Adam.

—Mi nombre es Ángela Lombardi.— Se presentó ella con una tierna sonrisa, —¿Sabes una cosa? Me agrado muchísimo tu actitud, Michelle. Eso demuestra que eres una mujer valiente, ¿Quieres salir a platicar al jardín y si quieres comemos algo?

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