18.
MEGAN
La noche está en su punto más alto cuando regreso a la mansión. Esperaba a que las lucs estuvieran apagadas porque la hora de la cena fue hace ya mucho, sin embargo es todo lo contrario. Todo está encendido, como si cada persona de la mansión estuviera todavía en pie.
Para mi desgracia.
Parada en la entrada, observo a un guardia hablar por el comunicador, seguramente anunciando mi llegada, por lo que rápidamente limpio mis lágrimas e intento recomponerme, al tiempo en que veo salir de la mansión a un muy apresurado Jude, corriendo en mi dirección.
Por su expresión, y al ver que detrás suyo sale casi toda la familia, respiro profundo dejando que la máscara de siempre cubra mi rostro porque no quiero que ninguno de estos me vea mal.
—¡Megan!—dice el padre de mi bebé, observando mi cuerpo, quizás esperando no verme herida—. ¿Dónde estuviste? Llevo todo el puto día buscándote.
—Estoy bien. ¿Me estaban esperando?
Me mira como si estuviera loca.
—¿Y tú qué piensas? Están todos alterad