JUDE

La llamada se corta, a pesar de que todavía escucho su voz por el otro lado, el sentir pasos y ver a mi padre acercarse me obliga a guardar mi móvil para hacerle frente.

—Te ves preocupado. ¿Pasó algo?

—Megan echó a sus padres de mi apartamento. Escucha, no quiero sonar como un idiota el primer día, pero en serio tengo que encargarme de esto.

Él rueda los ojos.

—¿Cómo por qué estaban esas personas en tu apartamento? Con tu madre te lo obsequiamos para que tuvieras un espacio fuera de la mansión, no para que anduvieras prestándolo a cuanta persona te lo pide.

Suelto un largo suspiro, reservando mis palabrotas.

—Si todavía mantengo relación con esas personas es gracias a ti, papá, porque te recuerdo que fuiste el primero en aceptar que el plan del abuelo de casarme con Isabella era buena idea, así que no te quejes.

—Bien, pero yo no seré quien le cuente mentiras a tu abuelo sobre lo que hiciste hoy en vez de aprender del negocio.

—No te preocupes, que no pensaba ocultárselo. Nos ve