Todo se había vuelto un mar de aullidos, los hombres lobos se empujaban y se felicitaban llenos de júbilo. Casi no habían tenido bajas y los atacantes ni siquiera habían podido traspasar la costa, la ciudad y sus alrededores estaba intacta y su Rey seguía de pie.
Oliver estaba inmerso en un abrazo con sus queridos amigos, Matt, Jeremy, Alex y Jose daban vueltas junto a su rey en un abrazo colectivo. En el medio, intentando zafarse de sus amigos, Jaime se quejaba pidiéndoles prudencia, no podían comportarse así enfrente de su ejército.
—¡Por amor a la diosa luna! —Jaime perdió la paciencia—. ¡Tengan más dignidad ante los demás!
—¡Al fin se acabó! —Alex gritaba—. ¡Al fin se acabó!
—¡Mataron a la loca! —exclamó Jeremy apretando más a Jaime solo para fastidiarlo.
—¡La vencimos de una vez por todas! —Matt intentaba bailar a patadas—. ¡No más escuchar sobre esa bruja!
—¡Estamos vivos! —Jose casi lloraba—. ¡Estamos vivos!
—¡Ganamos la guerra! —Oliver sujetó a Jaime con brusquedad y le dio un