—¡Alan! —Alex gritaba al borde de la barrera—. ¡Alan soy yo, Alex!
—Sabe que eres tú, idiota —Dylan puso los ojos en blanco—. Recuerda que estás hablando con su demonio, no con tu hermano.
—Creo que está todo listo —Oliver observó a distancia hacia la cueva—. Es momento Dylan.
Alex miró de nuevo a la cueva.
—Alex… —Catrina miró con tristeza a su mate, puso su mano en su hombro—. Alan estará bien, lo haremos reaccionar al final.
—¿Enserio estás preocupado por esa bestia? —preguntó Dylan indignado—. Da gracias que Jeremy no está aquí para oírte…
—Yo no estoy preocupado por si pueden hacerle daño —Alex lo miró con amargura y hablo a la defensiva—. El que debería estar preocupado eres t&uac