GRIS
Llamo a la puerta de Dylan, pero este no responde, desde que me vio con Samuel en la cocina, se encerró hace dos horas y no ha querido salir. No le entiendo, creí que estábamos bien, y de pronto, todo volvió a ser como antes.
—Dylan —llamo una última vez.
No obtengo respuesta, por lo que decido marcharme cuando la puerta se abre, dejándome ver a un elegante Hans, con unos vaqueros oscuros, una camiseta del mismo color y una cazadora.
—¿Me puedes decir qué es lo que pasa? —frunzo el ceño.
—Nada, ¿por qué lo mencionas? —ironiza.
Me quedo callada, amo a Hans,