Jasper.
Nos vestíamos entre miradas cómplices rodeados por el silencio de aquella calurosa noche primaveral.
Esa mujer siempre consigue volverme loco y termino cediendo al deseo por ella. Eso es un gran error, más cuando hay tantas cosas en juego.
Se mordió el labio de esa forma que me volvía loco y di un paso hacia ella, con ganas de volver a besarla. Pero miré hacia el suelo en cuanto pisé algo duro.
¡Diablos! ¿Qué hacía mi teléfono ahí abajo?
Lo agarré y pensé